Está sonando mucho en redes sociales todo sobre la neurodivergencia, por eso hoy les vamos a contar qué onda con el amor neurodivergente y cómo lo pueden comprender.
Hoy vamos a hablar del lenguaje del amor neurodivergente, esa forma no tradicional, poco cursi, nada de película romántica, pero profundamente genuina y honesta de demostrar afecto. Porque sí: las personas neurodivergentes también aman. Y mucho. Pero lo demuestran diferente.
¿Qué es “neurodivergente”?
Rápido y sin tecnicismos: neurodivergente es cualquier persona cuyo cerebro funciona de una manera distinta a la considerada “neurotípica”. Incluye condiciones como el TDAH, el autismo, la dislexia, el trastorno del procesamiento sensorial, entre otras.
Y si ya están pensando “ah, claro, como Sheldon Cooper”, sí, pero no solo eso. La realidad es que la neurodivergencia tiene muchas caras, matices, y formas de ver el mundo… y de amar. Y ahí es donde se pone interesante. Las personas neurodivergentes, demuestran amor en códigos que muchas veces se malinterpretan.
- ¿Quieren estar contigo? Te mandan un video de 2 horas en YouTube de un tema que les apasiona
- ¿Les importas? Te preguntan si ya comiste.
- ¿Les gustas? Investigan tu tema favorito y se aprenden datos inútiles solo para hablar contigo.
- ¿Se preocupan por ti? Se sientan cerca de ti a trabajar mientras tú trabajas.
Los 5 lenguajes del amor neurodivergente
Info Dumping: Cuando alguien neurodivergente está enamorado o se siente seguro, te comparte todo sobre su tema favorito. Sin filtro. Sin pausa. Datos, teorías, fun facts. No es una clase, es un regalo. Si alguien te explica con pasión la diferencia entre tipos de nubes o cómo funciona el tren de Tokio, es amor. Punto.
Juego Paralelo: No tiene nada que ver con jugar juntos exactamente. Se trata de compartir espacio mientras cada quien hace lo suyo: tú lees, yo dibujo; tú juegas Animal Crossing, yo armo mi Excel. Pero estamos cerca, cómodos, tranquilos. Juntos sin presionarnos a hablar ni hacer lo mismo. Ese silencio compartido vale oro.
Penguin Pebbles:Como los pingüinos que dan piedritas a quienes quieren conquistar, las personas neurodivergentes regalan cosas pequeñas pero significativas. Por ejemplo, te regalan una pluma morada porque hace semanas contaste una historia de tu pluma morada favorita cuando eras chica.
Presión Profunda: Algunas personas neurodivergentes regulan sus emociones con presión física (piensen en esos chalecos con peso o las mantas que abrazan). Entonces, si confían en ti, puede te pueden pedir un abrazo largo y apretado. No es solo cariño, es regulación emocional compartida.
Intercambio de Apoyo:A veces el “te amo” se traduce como: “yo te acompaño al SAT si tú me ayudas a hacer llamadas”. Nos cuidamos como un equipo logístico. Dividimos tareas, solucionamos juntos, nos cubrimos en eventos sociales incómodos. No es codependencia: es cuidado recíproco con estructura. Y sí, también es amor.
El amor neurodivergente es profundamente funcional. Lo que pasa es que la cultura popular (¡hola, Disney!) nos ha vendido un formato muy específico de lo que debe ser el amor: palabras dulces, contacto físico, declaraciones espontáneas, bodas enormes. Y claro, si no entras en ese molde, entonces pareces frío, torpe o distante. Pero no es así.
Lo que pasa es que el amor neurodivergente necesita decodificadores.
Necesita personas que entiendan que preguntar “¿ya tomaste agua hoy?” en realidad es una forma de decir “me importas” o que si evitan el contacto físico, no es porque no quieran estar cerca, sino porque procesan las sensaciones de forma distinta.
Consejos para entender esta “otra” forma de amar
- No esperen fuegos artificiales. Esperen estabilidad. Puede que jamás lleguen con flores, pero se van a acordar de su cita médica y les van a programar un Uber si lo necesitan.
- Sean claros. Muy claros. Si quieren algo, díganlo. Si algo les duele, explíquenlo. Si están molestos, díganlo con palabras, no con silencios dramáticos.
- No confundan literalidad con falta de emociones. Si les dicen “me gusta estar contigo porque me ayudas a regular mi sistema nervioso”, no es frío. Es otra forma de decir “te quiero cerca”.
El lenguaje del amor neurodivergente puede parecer raro desde afuera. Pero desde adentro, es profundo, leal y consistente. Así que, si están saliendo con alguien que en vez de flores les regaló una pluma morada… no huyan.
Es probable que ahí haya amor del bueno. Solo tienen que aprender a leerlo. Como código fuente. Como subtítulo. Como quien sabe que el cariño no siempre grita, pero se acuerda a qué hora tenías una junta con tu jefe y te pregunta cómo te fue. Y eso, también es puro amor.