Memo Ochoa y ‘Chicharito’ Hernández: Dos figuras del futbol mexicano que se resisten al retiro y arrastran el prestigio

Guillermo Ochoa y Javier Hernández están lejos de su mejor versión futbolística y están arrastrando su prestigio por resistirse al retiro.

El portero no encuentra equipo a sus 40 años, mientras sueña con otra Copa del Mundo, en tanto que el delantero suma dos goles en casi dos años con las Chivas… Esa es la realidad de ambos hoy por hoy.

Paco Memo ha brillado a título individual con la Selección Mexicana en tres Mundiales, particularmente en Brasil 2014, pero parece ‘obsesionado’ con llegar a un sexto y ver acción en cuatro de ellos con el Tri.

No obstante, nadie ha apostado por él en las últimas semanas y el mercado de fichajes en el mundo del balompié está por cerrar. El canterano americanista fue vinculado en días recientes al Real Zaragoza y al Burgos de la Segunda División de España, pero en ambos casos no hubo arreglo.

Asimismo, hubo reportes de que era pretendido por el Mazatlán y luego el Querétaro, aunque ambos equipos, acostumbrados a los últimos puestos de la clasificación general en la Liga MX, desmintieron el supuesto interés.

El caso del ‘Chicharito’, de 37 años, es similar en cuanto al brillo en el conjunto nacional, pero pese a estar ‘en activo’ a diferencia de su compatriota, dejó de ser un referente en el engramado.

El exartillero del Manchester United y el Real Madrid, entre otros clubes, puede seguir ‘pregonando’ ser el máximo artillero en la historia de la Selección Nacional, con la que ha anotado en tres Mundiales y suma 52 conquistas en total.

Sin embargo, su presente ‘lastima’ y es ofensivo a la luminosa historia que acostumbró en su carrera, toda vez que ha destacado más desde enero de 2024 por múltiples lesiones y comentarios polémicos en redes sociales que por su capacidad goleadora.

Al Guadalajara regresó como un ‘héroe’ e hijo pródigo, pero con dichos números ha pasado sin pena ni gloria por el Rebaño, que según ha trascendido, ya se ha planteado rescindirle su contrato.

En el papel, estos jugadores deberían colgar los guantes y botines, respectivamente, aunque ellos parezcan dispuestos a seguir su aventura en las canchas, donde han perdido credibilidad y la reputación de figuras que habían ganado a pulso en México y en el extranjero.