Las lluvias torrenciales que han golpeado el centro y este de México —con un saldo de al menos 76 personas fallecidas y 39 desaparecidas— reabren el debate sobre la falta de alertas efectivas y prevención ante fenómenos climáticos cada vez más extremos.
Especialistas en cambio climático señalan que el país sigue sin contar con la tecnología ni los protocolos necesarios para anticipar riesgos. La doctora Christian Domínguez, del Instituto de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, advirtió que México necesita más radares meteorológicos y monitoreo de ríos en tiempo real para prever crecidas e inundaciones.
En Veracruz, por ejemplo, se habían pronosticado lluvias de hasta 200 milímetros —lo que suele llover en un mes—, pero terminó cayendo el triple, lo que provocó desbordamientos, deslaves y comunidades incomunicadas.
A pesar de las advertencias, las autoridades locales no activaron alertas efectivas y muchos pobladores comenzaron a evacuar cuando el agua ya estaba dentro de sus casas.
El exdirector del CENAPRED, Carlos Valdés, señaló que México debe reconocer que “lo atípico ahora es lo más típico” y adaptar sus sistemas de comunicación y reacción a esta nueva realidad climática.
Los expertos también subrayan la urgencia de profesionalizar a los funcionarios de protección civil y educar a la población sobre cómo reaccionar ante alertas. Recordaron casos como el del huracán Otis en Acapulco, cuando muchos habitantes no comprendieron la magnitud del peligro anunciado.
Mientras tanto, miles de militares y brigadistas continúan trabajando en las zonas afectadas por las recientes lluvias, especialmente en Veracruz y Tamaulipas, donde persiste el riesgo de desbordamientos.