Columna: Chat de ped0filia en Telegram que pone en riesgo a niñas y adolescentes en Oaxaca

Hoy quiero hablarte de un tema que como mujeres, como madres, como tías, como abuelas y como comunidad, no podemos ignorar. Un tema doloroso, indignante… pero que es urgente visibilizar.

La semana pasada, un colectivo de ciberseguridad en Oaxaca dio a conocer la existencia de un chat en Telegram donde participaban más de 300 hombres, compartiendo fotografías de niñas y adolescentes de secundaria aquí mismo, en nuestra ciudad. Y lo más grave: muchas de esas imágenes, según la denuncia, habrían sido tomadas dentro de sus propios hogares. Es decir… por personas cercanas. Por adultos que deberían protegerlas, no violentarlas.

Se trata de un posible caso de pedofilia digital, pero también de violencia sexual, de traición, de vulneración de la intimidad de nuestras niñas. Fotografiadas en uniforme escolar, identificables, expuestas… convertidas en mercancía para grupos de hombres organizados.

La Fiscalía dice que ya abrió una carpeta de investigación. Pero como suele pasar, ni vemos resultados, ni vemos acciones contundentes, ni hay información clara sobre medidas de protección para las víctimas. Y mientras tanto, las imágenes siguen circulando. Y las niñas siguen desprotegidas.

Por eso hoy quiero hablarle a las mujeres de casa.
A ti, mamá.
A ti, abuela.
A ti, tía, hermana mayor, vecina, amiga.

Este caso debe encendernos todas las alarmas.

Porque ninguna niña está a salvo en un entorno donde la impunidad es norma, donde la violencia digital crece, y donde el propio hogar puede volverse un punto ciego del que nadie sospecha.

Hoy más que nunca necesitamos protegernos entre nosotras, cuidarnos entre mujeres, hablar entre nosotras y con nuestras niñas. Revisar qué pasa en sus redes, en sus teléfonos, en sus entornos. Pero, sobre todo, creerles cuando algo les incomoda, cuando algo les da miedo, cuando algo no está bien.

Este no es un llamado al pánico.
Es un llamado a la responsabilidad colectiva, a entender que la violencia no empieza solo cuando se toca a una niña: empieza cuando se fotografía sin permiso, cuando se comparte, cuando se normaliza mirar, callar o ignorar.

También es un llamado directo a las autoridades:

— Queremos resultados, no comunicados.
— Queremos investigaciones reales, no carpetas olvidadas.
— Queremos protección para las niñas, no discursos vacíos cada 25 de noviembre.
— Queremos políticas duras contra quienes producen y distribuyen este tipo de contenido.
— Queremos que el Estado deje de actuar solo cuando hay escándalo público.

Oaxaca no puede permitirse otro caso más donde las víctimas se queden sin justicia y los agresores sigan libres detrás de un teléfono.

Hoy quiero cerrar con una invitación:
Que hagamos red entre mujeres.
Que no dejemos sola a ninguna niña.
Que hablemos, preguntemos, observemos, acompañemos.
Que levantemos la voz por todas aquellas que aún no pueden hacerlo.

Porque cuando tocamos a una niña,
tocan a todas.
Porque cuando una está en riesgo,
todas estamos en riesgo.
Y porque solo juntas podemos construir un entorno donde nuestras hijas vivan sin miedo.