El Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos se contrajo un 0.5% en el primer trimestre a ritmo anualizado, tres décimas más con respecto a su anterior estimación, lo que certifica el primer retroceso de la primera economía global en tres años y refleja el impacto de las políticas del presidente Donald Trump, quien retornó al poder en enero.
La revisión definitiva del dato del periodo de enero a marzo publicada este jueves por el Buró de Análisis Económico (BEA) mostró que la contracción se debió principalmente a la subida de las importaciones y el retroceso del gasto público.
A ritmo intertrimestral, el retroceso de la economía estadounidense fue del 0.1%, apenas un poco más que en la segunda estimación del dato.
Esta última modificación a la baja del PIB del primer trimestre “refleja principalmente revisiones a la baja del gasto de consumo y de las exportaciones, que resultaron parcialmente compensadas por una revisión a la baja de las importaciones”.
Las importaciones crecieron en los tres primeros meses de 2025 un 37.9 %, un monto considerable, pero que se revisó casi 5 puntos porcentuales a la baja con respecto a la segunda estimación de la BEA publicada hace un mes.
A su vez, las exportaciones crecieron en el mismo periodos solo un 0.4%, 2 puntos menos con respecto al cálculo publicado en mayo, y el gasto de los hogares, que supone dos terceras partes de la economía estadounidense, avanzó un 0.5 %, siete décimas menos que en la anterior revisión.
El gasto público cayó en el primer trimestre un 0.7%, apenas una décima más con respecto a la segunda estimación de la BEA, al tiempo que la inversión nacional privada creció un 23.8%, lo que representa unas seis décimas menos con respecto al cálculo anterior.
En definitiva, en comparación con el cuarto trimestre, cuando la economía estadounidense creció un 2.4%, la caída del PIB del primer trimestre reflejó principalmente un repunte de las importaciones, una desaceleración del gasto de consumo y una caída del gasto público que fueron parcialmente compensadas por un repunte de la inversión, según la BEA.
El aumento de inventarios en anticipación de las políticas arancelarias activadas por Donald Trump, que retornó a la Casa Blanca el pasado 20 de enero, acabó resultando clave para que las importaciones aumentaran casi un 40% en el periodo mencionado.